viernes, 10 de agosto de 2012

Cómo mantener saludables a los caballos

Los caballos son animales fuertes y con una excelente condición física pero para mantener su buena salud es necesario atender correctamente a sus necesidades y asegurarse de que no sufren ningún problema. Existen una serie de enfermedades comunes en los caballos que pueden solucionarse si son detectados a tiempo. Por este motivo, es importante saber distinguir los cambios que se producen en los equinos cuando su salud se resiente.
La mayoría de las consultas que se realizan al veterinario cuando se trata de caballos están relacionadas con el cuidado de sus patas. Los caballos son animales de gran tamaño que soportan todo su peso en cuatro delgadas extremidades, por lo que es de gran importancia mantenerlas en perfecto estado. Veterinarios y cuidadores recomiendan a los dueños conocer la estructura de esta zona del cuerpo y saber los cuidados que requiere.
Otro aspecto que debe vigilarse muy de cerca es la forma de alimentarse del animal. Habrá problemas cuando el caballo no coma igual que siempre, se produzcan cambios bruscos de peso, cambie el brillo habitual en el pelaje o tenga dificultades para andar.
Una de las enfermedades más frecuentes en los caballos es el catarro. Lo ideal es que cuando se produzca, el caballo cuente con un lugar para descansar donde se encuentre caliente y con alimentación especial. Otra dolencia característica es la tiña, que se manifiesta produciendo en el animal pequeños espacios sin pelo. Se trata de una enfermedad muy contagiosa con la que se deben extremar las precauciones. Por otra parte, la laminitis es una dolencia que se produce cuando el animal ingiere hierba con exceso de nutrientes. El principal síntoma que produce es la inflamación de los cascos.
Los cólicos son provocados cuando el caballo tiene una mala alimentación. Las vacunas contra los parásitos son muy útiles para evitar este tipo de problemas digestivos. Cuando se detecte cualquier cambio en el estado de salud del caballo es fundamental acudir a un veterinario que explique la forma en que debe actuarse para recuperar al animal. Lo ideal es mantener al caballo en un lugar cálido hasta que los especialistas señalen el tratamiento y los cuidados que requiere el animal.