El control veterinario de las
mascotas es fundamental para evitar el contagio de determinadas enfermedades a
las personas. Muchas enfermedades que padecen los seres humanos tienen su
origen en patógenos procedentes de animales. Las más conocidas son la rabia, la
fiebre Q o la salmonelosis.
Según los datos de la Agencia de
Seguridad Alimentaria (EFSA), en la Unión Europea se producen cada año unos
320.000 casos de zoonosis. Las zoonosis son enfermedades que se trasmiten de
los animales al hombre y viceversa, el contagio puede producirse por
transmisión directa al entrar en contacto con el animal infectado o por otros
medios como mosquitos o garrapatas.
Uno de los principales focos de
este tipo de enfermedades es la fauna urbana, formada por perros, gatos,
palomas, roedores e insectos. Estos animales callejeros carecen de control
veterinario por lo que el riesgo de que trasmitan enfermedades es muy elevado.
Sin embargo, cuando se trata de
trasmisión directa, los responsables suelen ser animales de compañía sin ningún
tipo de control veterinario. El contacto con estos animales pone en peligro la
salud de todas las personas que se relacionan con ellos.
Lo más recomendable para evitar
cualquier riesgo es llevar a las mascotas al veterinario para vacunarlas
correctamente y evitar futuros problemas de salud.